Red Peruana contra la Pornografía Infantil

Asociación Civil sin fines de lucro, que busca la erradicación de las redes de productores, distribuidores y consumidores de pornografía infantil en el Perú y Latinoamérica, principalmente de aquella que se ejecuta vía Internet. Asimismo, lucha contra la Trata de Personas, la Explotación Sexual Comercial Infantil y el Tráfico de niños, niñas y adolescentes, trabajando en coordinación con otras instituciones que persiguen similares fines.

martes, marzo 02, 2010

Más de 11 mil personas en 2009 fueron víctimas de Trata de Personas. Frontera Argentina - Bolivia es zona caliente

Argentina.- (Miguel Durán - La Voz) Sólo por el límite Villazón-La Quiaca habrían pasado 5.200 niños y adolescentes de ambos países y de otras nacionalidades. El Consulado argentino inició una cruzada contra la trata y recuperó 174 chicos y jóvenes que fueron sustraídos de sus hogares.
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"El secuestrador es el del suéter blanco, el que lleva al niño de gorrito naranja. Deténganlo". Cuando los gendarmes lo interceptaron, el hombre quedó paralizado. No atinó a nada. "Es Fernandito, soy el tío", intentó en vano explicar. El delincuente era integrante de una organización delictiva dedicada a secuestrar y esclavizar a niñas y niños argentinos, que actuaría en connivencia con un sector de la Policía boliviana. La base de operaciones de esa red internacional es la frontera que separa a las ciudades de La Quiaca de Villazón, ésta ya en Bolivia.
El chico rescatado, de 9 años, había sido sustraído cuando tenía 5 y salía de un jardín de infantes en el barrio porteño de Palermo. El rescate se produjo el 25 de julio del año pasado, en el puente internacional Horacio Guzmán.
Siete días antes, en la terminal de Villazón, la misma organización criminal sufrió otras "dos bajas". Fue capturada una pareja que llevaba a un niño argentino de 2 años que le fue arrebatado a su madre de un cochecito. El operativo se cumplió cuatro días después de la sustracción y el nene había sido vestido como niña para eludir controles.
En la recuperación de los menores mucho tuvo que ver el periodista Alberto René Centurión, corresponsal del diario El Pregón en La Quiaca, quien colaboró con Reina Sotillo, responsable del Consulado General de Argentina en el departamento de Potosí, con sede en Villazón.

Una frontera caliente

"Esa investigación del año pasado demandó más de un mes. Se sabía que iban a ‘mover’ a varios chicos secuestrados en nuestro país. Pero esto ya es moneda corriente. Todos los días el Consulado está devolviendo chicos a sus padres", dice Centurión.
El periodista rescata el papel que desde hace tres años cumple la cónsul Reina Sotillo. "Antes, siempre hubo burócratas que se dedicaban a andar de traje y corbata, tomar café y no atendían a la gente. Esta mujer recibe a todo el mundo, sea argentino, boliviano o quien sea", afirma. La tarea de la diplomática va de la mano con el impulso en la defensa y la lucha por los derechos humanos por parte del embajador de Argentina en Bolivia, Horacio Macedo.
En su despacho de la sede consular, Sotillo admite que su principal acción se encamina a recuperar personas víctimas de tráfico y trata. "Siempre hubo desaparición de personas. Desde 1989 al presente se han perdido más personas que en una guerra", sostiene esta abogada políglota que no sólo habla inglés, francés, italiano, portugués, alemán y ruso, sino lenguas aborígenes como el aymara y el quichua.

Cifras escalofriantes

Las cifras sobre el tráfico de personas que maneja en torno de las zonas fronterizas de Yacuiba, Desaguadero, Pocitos, Bermejo y Villazón son de por sí escalofriantes. "El número de niños, niñas y adolescentes que desaparecen y son buscados se elevaría aproximadamente a 11.400 durante 2009, de los cuales 5.200 son separados de su familia y de su medio a través de esta frontera (Villazón)", revela Sotillo.
En cuanto a edades de las víctimas, la diplomática destaca que son "niños de entre 1 año y 6 meses a 2 años, que ya no usan pañales; chicas de 13 a 14, y varones de 15 a 16".
Respecto de los muchachos, en agosto de 2009 hubo un verdadero revuelo por la "inexplicable ausencia de nueve adolescentes" en esa zona fronteriza. "Los adolescentes estaban siendo buscados por sus familias y el Consulado intervino en cada uno de los casos, los que se resolvieron con la restitución o la reintegración de los jóvenes al seno de sus familias".
Aunque los adolescentes se recuperaron en distintas circunstancias, a Reina Sotillo hubo un detalle que le llamó mucho la atención: "Todos tenían las manos lastimadas por ser explotados en tareas rurales".
–¿Podría hacer algún comentario sobre las diferencias que existen respecto del destino de las víctimas?
–No lo sabemos realmente. Los adolescentes de ambos sexos tienen como destino trabajar, en algunos casos en lugares sórdidos. En relación con los bebés, muchos datos coinciden con otros que ocurren en países desarrollados, como la venta de niños. La coincidencia respecto de las criaturas se produce en la edad, la contextura física, la muy buena salud y la humildad y el aislamiento, por razones geográficas, de sus padres y familias.
"Los niños son vendidos a familias pudientes o utilizados para pornografía infantil, mientras que las chicas, por lo general, son explotadas sexualmente. Los varones, en tanto, son esclavizados en trabajos rurales y en las plantaciones de coca", refiere el periodista Centurión, que ha colaborado en las distintas investigaciones realizadas en la zona de frontera.

Causar estrépito

Mientras muchos jueces provinciales y en especial federales de la ciudad de Córdoba y de otras provincias son partidarios de "investigar en silencio" los casos de trata de personas, en el caso de sustracción de niños la cónsul Reina Sotillo tiene una idea diametralmente opuesta de cómo actuar.
La idea de la diplomática es la de provocar un "gran estrépito público", y con ello obligar a los captores a abandonar a sus víctimas. Y le ha dado resultado.
La activa mujer logró que tanto Gendarmería, Policía Federal de Argentina, militares y policías bolivianos, Migraciones y cultos religiosos se movilizaran inmediatamente y así se pudieron recuperar niños que terminaron abandonados en la vía pública. "Roban un niño y este Consulado hace que las instituciones actúen. Recuperamos tres una vez, dos otra vez. Los delincuentes los abandonan cuando hay agitación", afirma convencida.
Sotillo cuenta que una noche, alrededor de las 20, un concejal va a comprar coca, cruza la calle y cuando vuelve advierte que le sustrajeron a su bebé. Toda la noche se movilizaron Gendarmería, la Policía. ¿Y cuál fue el resultado?: a las 7 de la mañana, una chica trae a la criatura que había sido abandonada a 20 cuadras del lugar del secuestro.
El 5 de octubre de 2007 (con Reina Sotillo en funciones), por primera vez se descubre un tratante. Desde entonces y hasta la fecha, el Consulado ha rescatado a 174 niños y adolescentes.
En cuanto a las 11.400 personas víctimas de trata en 2009, habría que mencionar a centenares de ciudadanos peruanos, colombianos, chinos, dominicanos y de otras nacionalidades que ingresan a la Argentina para ser explotados laboral o sexualmente, y Córdoba es uno de los lugares seleccionados.

Esclavitud moderna

Ni hablar de los 174 haitianos que fueron sorprendidos cuando intentaban cruzar de Villazón a La Quiaca. Se sospecha que unos traficantes intentaban que llegaran a Chile para explotarlos en industrias ilegales. Son los rostros de la esclavitud moderna.
Habría que agregar a los ciudadanos bolivianos, en especial mujeres, que son enviadas a nuestra ciudad para ser ocupadas como empleadas domésticas (previo pago a un "proveedor" que aconseja despojarlas de documentos para que no salgan a la calle), y los que tienen como destino hornos de ladrillo, chacras o fábricas textiles clandestinas.
En julio de 2009, el Departamento de Estado de los Estados Unidos presentó el Informe sobre Trata de Personas, en el que Argentina se ubicó apenas arriba del peor escalafón. Nuestro país compartió uno de los últimos lugares junto con China, Senegal, Congo y República Dominicana.
Según el informe, Argentina es "fuente, tránsito y destino para hombres, mujeres y niños que son traficados para la explotación comercial sexual y el trabajo forzoso".
El lapidario estudio alude también a la complicidad que se observa "entre algunos elementos de las fuerzas de seguridad, que no sólo permiten el tráfico de personas a cambio de coimas, sino que, además, en algunos casos poseen sus propios burdeles". Frente a semejante realidad, la cruzada de Reina Sotillo es como un bálsamo.

Fernandito

Ese era el nombre que los secuestradores utilizaban para referirse a un chico raptado en Palermo cuando tenía 5 años y rescatado cuatro años después.
La organización criminal tenía amenazada a la madre, según lo reveló la cónsul.
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