La pornografía infantil crece un 10% cada año en la red mundial

España. La pornografía infantil es el delito más perseguido de los que se producen en la red de internet, pero también el que más ha aumentado, un 10 por ciento cada año, explicó ayer el presidente de la asociación de defensa de la infancia Protégeles, Guillermo Cánovas.

El representante de dicha institución explicó a Efe que su información procede de datos de Interpol y añadió que su experiencia al frente de la asociación, que recibe 1.500 denuncias anuales de estos y otros delitos, y su conocimiento de las denuncias que reciben otras 25 asociaciones como la suya en todo el mundo, lo confirma.

Además, un 16 por ciento de los menores españoles usuarios de la red accede a páginas xenófobas, y un 28 por ciento de ellos a pornografía legal (no infantil), indicó el presidente de Protégeles.

Un estudio que hicimos sobre 4.000 alumnos usuarios habituales de los chats nos llevó a la conclusión de que un 40 por ciento de ellos se había visto afectado por el acoso, explicó también Cánovas.

Anualmente se producen unas 800.000 denuncias de delitos contra menores cometidos a través de la red en todo el mundo, explicó Cánovas ayer en la presentación de la guía 'Teléfonos móviles, internet y tv: lo que los padres deben saber'.

La guía está editada por la compañía Orange en colaboración con el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, con la oficina del Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, y con la citada asociación.

La pornografía infantil es el delito más denunciado y perseguido y el que más crece, pero junto a él existen otros riesgos, como la apología del racismo y la xenofobia; los consejos para fabricar y consumir drogas de síntesis; la venta de falsos medicamentos, o la apología del terrorismo, informó Cánovas en la presentación.

Dijo también que junto a ello se producen denuncias por actividades que no son delictivas pero sí nada recomendables para menores, como por ejemplo la consulta de páginas de motivación a la anorexia, con recomendaciones para la autolesión o el suicidio, o las webs de sectas.