Red Peruana contra la Pornografía Infantil

Asociación Civil sin fines de lucro, que busca la erradicación de las redes de productores, distribuidores y consumidores de pornografía infantil en el Perú y Latinoamérica, principalmente de aquella que se ejecuta vía Internet. Asimismo, lucha contra la Trata de Personas, la Explotación Sexual Comercial Infantil y el Tráfico de niños, niñas y adolescentes, trabajando en coordinación con otras instituciones que persiguen similares fines.

martes, agosto 21, 2007

En Cajamarca, ciudad del "progreso económico", cientos de niños y niñas son explotados.

Cajamarca - Perú.- Permanecen en las calles hasta altas horas de la noche. Francisco y Norma son dos hermanitos, de 11 y 9 años respectivamente, que viven por la carretera hacia el Cumbe Mayo, quienes han cambiando el rumbo de sus vidas a exigencia de sus padres que los obligan a vender caramelos y chupetines por las calles de la ciudad e inmediaciones de la plaza de armas, hasta altas horas de la noche.
Esta triste realidad contada por estos menores es igual para otros que deambulan como autómatas esperando que alguien les extienda la mano con una moneda de 50 céntimos o un sol a cambio de 5 caramelos de limón. Lo único que ellos saben es que tienen que llegar hasta el sitio donde los espera el papá o la mamá con un promedio de 10 soles por la venta de la bolsa de estos productos. Si no logran su objetivo son obligados a seguir, sin importar el frío o al peligro que los exponen, especialmente cuando visitan lugares en donde existe expendio de licor o se encuentran con personas que están libando en plena calle.
A Norma se le puede incluir los nombres de otras niñas, muchas veces asustadas, como ha sucedido con Herminia, que en un descuido perdió 1 sol, lo que le faltaba para completar su cuota. Esa pequeña cantidad tenía que obtenerla porque sabía a lo que se exponía. Es decir, al maltrato físico tan constante que hasta su piel ya se esta endureciendo por tanto golpe que recibe. Ante esta incomoda situación no le quedó nada más que pedir limosna y así poder llegar hasta su domicilio.
Ante esta cruda realidad, el accionar de las autoridades, en forma especial de la Fiscalía de Prevención del Delito, del Menor y la Familia, la Policía Nacional, el INABIF y otras más deben de hacer sistemáticos operativos para buscar desterrar este tipo de explotación familiar, en donde se nota claramente que son los mismos padres quienes se han encargado de sembrar mendicidad en las calles de la ciudad, con mayor incidencia en la noche y los fines de semana.
Para las personas que acuden a las farmacias o restaurantes del centro es común ver como tanto niños como niñas se acercan en grupo a los clientes y suplican que se les compre sus caramelos. En algunas oportunidades algunos hasta derraman lágrimas, como una súplica para que puedan llevar algo de dinero y no ser víctimas de castigos severos.
Pero este sombrío panorama, va más allá. Guadalupe es una niña de 8 años, vive en Otuzco y también es sometida a este tipo de trabajos por su madre, que ha encontrado una forma de vida fácil con este negocio para vivir. Tanto ella como los hijos de sus tíos hacen lo mismo desde que tenían 5 años de edad. Pero Guadalupe en alguna vez fue inducida por un sujeto para que la acompañe hasta su domicilio, en donde, cuenta, le iba a comprar todos su caramelos y le iba a regalar más dinero y hasta ropa para que pueda soportar el intenso frío. Confiada y emocionada por estos ofrecimientos, accedió a estos engaños y cuando ya estaba a punto de llegar a su destino fue una vecina del individuo la que la salvo que, al percatarse que conforme caminaban, so pretexto de querer cargarla le tocaba sus partes íntimas. Totalmente desconcertada esta menor fue conducida hasta su madre, que la esperaba en una esquina de la plaza de armas, y en lugar de mostrar preocupación por lo que le hubiere pasado le llamó severamente la atención por vender nada y recriminó a la señora, que la salvo de las garras de un violador, por no dejarla trabajar.
¿Quién defiende y protege a estos menores?, ¿Por qué se permite tanto abuso?, ¿Acaso no hay instituciones y autoridades que puedan velar por la defensa de los derechos de estos niños y proteger su integridad física?
Estas y otras interrogantes esperamos tengan respuesta, y si no están convencidos de que esta realidad existe en Cajamarca, les sugerimos que vayan por las zonas que les hemos señalado y se encontraran con lo que dicen desconocer. Lo único que hacemos desde Panorama Cajamarquino es alertar y pedir que se ponga freno a este tipo de explotación infantil, antes que después se puedan dar hechos que se tengan que lamentar.
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Escrito por Carlos Alayza Ch
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