Red Peruana contra la Pornografía Infantil

Asociación Civil sin fines de lucro, que busca la erradicación de las redes de productores, distribuidores y consumidores de pornografía infantil en el Perú y Latinoamérica, principalmente de aquella que se ejecuta vía Internet. Asimismo, lucha contra la Trata de Personas, la Explotación Sexual Comercial Infantil y el Tráfico de niños, niñas y adolescentes, trabajando en coordinación con otras instituciones que persiguen similares fines.

domingo, enero 13, 2008

Redes internacionales de trata de personas, principalmente de mujeres latinas

Esclavas del sexo

La lista de quienes se benefician de la explotación sexual de las mujeres es larga, va desde las familias en los países de origen, pasando por los intermediarios de la red hasta llegar a los proxenetas, clientes y otros personajes que rondan los ambientes de prostitución y que aprovechan la situación
(Madrid).- Los métodos de captación que utilizan las redes de trata internacional varían según el país en el que operan. Pero el factor común que garantiza el éxito de sus estrategias es la vulnerabilidad económica y social de las víctimas: normalmente son mujeres jóvenes con cargas familiares y en una situación económica precaria.
Los métodos de captación han ido cambiando también a lo largo de los años: las estrategias más violentas, como el secuestro perpetrado por extraños, han sido sustituidas por mecanismos mucho más sutiles, como la recomendación o la manipulación psicológica por parte de personas conocidas.
Para ello, las redes internacionales tienen ramificaciones informales a nivel local: conocidos de conocidos que facilitan el contacto inicial. Como resultado, muchas de las personas que participan en la red de explotación son cercanas al ámbito geográfico, social e incluso familiar de la mujer.
Los miembros de las redes se acercan a las poblaciones más deprimidas, estudian el ambiente de las mujeres y una vez que ya conocen perfectamente su medio y los escasos recursos de que disponen, hacen suculentas ofertas de trabajo que prometen dinero rápido en Europa.

Las redes de trata hacia España

Según Francisco Morenas Fernández, Inspector Jefe del Cuerpo Nacional de Policía, se calcula que "en España ejercen la prostitución unas 350.000 mujeres, de las que el 70% son extranjeras en situación irregular, especialmente de Rumania, Nigeria, Colombia, Brasil, Rusia y Ucrania".
Las rutas utilizadas por las redes de trata de mujeres hacia España siguen cursos paralelos a los de las corrientes de inmigración irregular.
Los mayores flujos proceden de América del Sur, por una evidente afinidad cultural y lingüística.
Les siguen las corrientes desde África y desde los países de Europa del este, por razones de proximidad geográfica.

País de tránsito

Además, España es utilizada como país de tránsito hacia otras naciones de la Unión Europea, Estados Unidos o Canadá, según explica el comisario del Cuerpo Nacional de Policía, Carlos Botrán Prieto, en su artículo "Explotación de la inmigración irregular", publicado en la revista Ciencia Policial.
La trata de mujeres suele estar asociada a otras especialidades delictivas, como el tráfico de armas, el narcotráfico o la falsificación de documentos.
De hecho, las rutas de traslado y la red de intermediarios tienen con frecuencia vínculos comunes.
Según el inspector Morenas Fernández, algunas organizaciones criminales que con anterioridad se dedicaban al tráfico de drogas o al contrabando de tabaco, ahora se dedican al tráfico de personas, ya que esta actividad les resulta "más rentable desde el punto de vista económico y menos peligrosa desde el punto de vista de la sanción penal".

Entrada legal

La mayoría de las víctimas de trata que entran en España lo hacen de manera legal, con visados de turista o con contratos de trabajo que luego resultan ser falsos.
Según la abogada Beatriz García, de la organización de ayuda a la mujer prostituida Vagalume, de Santiago de Compostela, son las organizaciones de trata de personas quienes gestionan en la nación de origen los papeles necesarios para entrar en España.
Uno de los problemas a los que se enfrenta la lucha contra la trata de personas es que en la mayoría de los países de origen es relativamente fácil para las redes obtener documentos falsificados, desde partidas de nacimiento y pasaportes, hasta historiales bancarios y policiales, según se constató con varios especialistas y víctimas.
"En una semana me hicieron un pasaporte falso", dijo una joven que se hace llamar Yumela y que era menor de edad cuando fue trasladada bajo engaño desde Rumania hasta España.
Pese a esto, Beatriz García sostiene que el hecho de que se pida un visado dificulta la trata, porque el proceso de gestión exige más tiempo y dinero.

Oleadas por nacionalidad

Desde que España exige visados de turismo a los ciudadanos colombianos y dominicanos hay menos mujeres de estas nacionalidades en los ambientes de prostitución, señala la abogada Beatriz García.
Por el contrario, puntualiza, "en Galicia (en el noroeste de España) hay una afluencia masiva de mujeres brasileñas, porque a ellas no se les exige visado".
A finales de los años 90 llegó a la Península Ibérica un gran contingente de mujeres latinoamericanas.
Sin embargo, según María José Barahona, especialista en prostitución en España, los datos del 2006 revelan que el número relativo de prostitución latina en el país ha disminuido en los últimos años, "fundamentalmente porque ha aumentado la cantidad de mujeres que llegan desde Europa del este", un flujo alimentado por la expansión de la Unión Europea.
Este dato fue confirmado por Rocío Nieto, de la organización madrileña Apramp, que lleva dos décadas trabajando para frenar la prostitución. "Ahora mismo prioritariamente tenemos a mujeres de Europa del este, que son también las que denuncian más", explicó. "La mayoría de las mujeres latinoamericanas no vienen tan sumamente vigiladas, ni controladas, ni en redes tan violentas como las mujeres de Europa del este", afirmó.
En efecto, según el inspector de la policía Francisco Morenas Fernández, las redes de los países del este se caracterizan "por la excesiva violencia y crueldad, siendo las redes rumanas las más importantes".

¿Quiénes son los explotadores?

La esclavitud sexual de una sola mujer genera ganancias suficientes para sustentar a todo un grupo variopinto de explotadores, que justifican sus acciones con discursos muy diferentes.

El proxeneta

En muchos casos, el proxeneta puede convertirse en objeto de amor u odio para las víctimas de explotación sexual.
Muchas, al menos en un principio, consideran a sus traficantes como sus salvadores: las personas que les brindaron una alternativa a la pobreza y a la falta de oportunidades en sus países de origen.
Las mujeres forzadas a prostituirse están solas en un país ajeno, muchas no conocen el idioma, no tienen a quien recurrir, temen a la policía y no tienen documentos ni dinero.
En esas circunstacias necesitan a sus proxenetas para sobrevivir, y pueden llegar a aferrarse emocionalmente a las mismas personas que las explotan.
En muchos casos es precisamente la pareja de la mujer quien se convierte en su propio proxeneta.

El dueño del club

El dueño del club suele jugar un papel de relaciones públicas o de intermediario, entre los clientes -con los que tiene una relación de pseudo amistad- y las mujeres prostituidas.
Conoce el producto que busca la clientela y escoge a las mujeres de su club de acuerdo a esa demanda.
Valora a las mujeres desde el punto de vista de la rentabilidad: para él son una especie de "posesión temporal", de mano de obra extranjera, y sus intereses económicos priman sobre el bienestar de las trabajadoras sexuales.
A pesar de su perspectiva eminentemente económica, no es infrecuente que mantenga relaciones sexuales bajo coacción con las mujeres prostituidas de su local. A veces para "probarlas" y darles el visto bueno antes de que ingresen en su club.
"Yo les dejo dinero para el viaje... pero vienen a trabajar... porque saben que a los tres meses tienen que volver a Brasil", decía el dueño de un club de carretera con respecto a la deuda que muchas mujeres contraen para poder salir de sus países.
Estos empresarios no consideran su negocio como una forma de explotación sexual, sino como una empresa cualquiera en la que hay un intercambio comercial de la mujer con el cliente, una transacción que a sus ojos es justa y libre de presiones.
Según Silvia Pérez Freire, coordinadora de la organización que ayuda a las mujeres prostituídas Alecrín, los dueños de los clubes suelen seguir la filosofía de que "el cliente siempre tiene la razón". Este principio deja a la mujer prostituida en una situación de debilidad a la hora de negociar los servicios con los clientes, que a menudo piden prácticas sexuales de riesgo o exigen el consumo de drogas.
Para Freire, el discurso de los dueños de los clubes suele estar plagado de argumentos "racistas y machistas": a menudo sugieren, por ejemplo, una supuesta "predisposición natural" de las mujeres inmigrantes hacia el sexo, por contraposición a la mujer local.
Asumen también, añade Freire, que la elección de ejercer la prostitución es fruto de una decisión bien informada y totalmente voluntaria.
"A la mujer latina no le resulta nada duro, el sexo para esa gente es un deporte", dijo a Alecrín el dueño de un club.

Dueño de un club de prostitución

Los dueños de los clubes tampoco suelen concebir, señala Freire, la posibilidad de una agresión sexual o violación dentro de las paredes de sus locales.
Este negocio de hombres para hombres es tan lucrativo que muchos dueños regentan más de un club de prostitución.
Freire denunció que los propietarios de burdeles con frecuencia ponen sus negocios a nombre de sociedades anónimas o utilizan testaferros para evitar eventuales problemas legales, relacionados por ejemplo con la trata de personas o con la explotación de inmigrantes ilegales.
Según la coordinadora de Alecrín, los dueños de los clubes suelen ser empresarios conocidos a nivel local, con influencias comerciales y contactos que muchas veces les advierten de una inminente redada policial. Freire sostiene que muchos están relacionados también con actividades de blanqueo de dinero.

El cliente

Los clientes suelen ser habituales, estables en cada escenario de prostitución. "Hay clientes que me acompañan desde hace 20 años. No he perdido nunca a un cliente", proclama orgulloso el dueño de un club de Lugo (España) en una entrevista con Alecrín.
En general, a los clientes de prostitución les importa poco la historia humana que hay detrás de los cuerpos que alquilan. Lo que quieren es sexo rápido y sin complicaciones.
"No quieren saber", dice Silvia Pérez Freire, recordando a un cliente que durante una entrevista con su organización reconoció que sólo le importaba la situación de la prostituta "si estaba llena de golpes", porque entonces sentiría reparo al estar con ella.
Tanto las mujeres víctimas de la trata como los expertos consultados coincidieron al afirmar que la mayoría de los clientes son casados y suelen pedir relaciones sexuales sin preservativo.

La familia

"Cuando vine para acá mi madre no lo sabía. Pero después de estar aquí le dije que estaba trabajando en la noche... y a ella no le gustó pero no había otra solución".
Fabiola salió de Brasil a los 24 años. Al llegar a España, el dueño del club que pagó su viaje le quitó el pasaporte y la mantuvo encerrada en su prostíbulo durante meses, mientras ella iba saldando su deuda. Fabiola enviaba parte del dinero que ganaba a su madre y al hijo que dejó en Brasil.
"Es una situación más frecuente de lo que nos podamos imaginar", dice la Hermana María de las Hermanas Adoratrices de Colombia, que en sus más de 20 años trabajando con víctimas de la trata en Colombia y Ecuador ha visto muchas veces cómo la presión familiar mantiene a las mujeres en el círculo de la prostitución, incluso después de haber pagado su deuda de viaje.
"Conozco varios casos en los que las chicas están ejerciendo la prostitución, forzadas o no, en el extranjero y quisieran salir pero todos los días tienen la presión de su familia: que necesita plata para pagar las cuotas de la casa, del equipo de sonido... Y como ven que la hija les empieza a mandar dinero, entonces cada vez hay mayores necesidades".
Según Freire, el dinero que ganan las mujeres prostituídas y las víctimas de la trata lo dividen entre el pago de la deuda y el envío de remesas. El problema, según Freire, es que "en América Latina la trata de personas se ha normalizado como una estrategia de supervivencia (...) porque el dinero al final lo redime todo", concluyó.
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Toda una industria
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Para el presidente de la Red Peruana contra la Pornografía Infantil, Dimitri Senmache Artola, la trata de personas no debe ser vista tan sólo como un delito que es cometido por un proxeneta o el dueño de un club, pues estos son sólo la parte final de una gran cadena criminal. "La Trata de Personas es ejecutada a gran escala en todo el mundo por redes del crimen organizado, con poder económico y político. Lo que sucede en Méjico, España, Ucrania, Eslovaquia, República Checa, Argentina, Estados Unidos o Perú no son delitos locales ni están desconectados unos con otros, sino que son parte de todo un circuito mundial" explicó. "En nuestro trabajo nos hemos reunido con representantes de gobiernos extranjeros y lo que hemos podido percibir es que en América Latina aún no se ve a este delito como una gran industria transnacional, una que no tiene nacionalidad ni bandera. Aquí hay productores, distribuidores y consumidores, y un único gran mercado: el mundo entero. Y lo peor de todo es que cada vez el "insumo" o "materia prima" que requieren estas redes criminales son personas menores de edad, tanto hombres como mujeres, los cuales son violadas sexualmente. Aquí no podemos hablar de prostitución, ya que un niño o niña no decide si desea o no ejercer dicho oficio. Aquí el niño o niña es obligado, con violencia psicológica o física, a mantener una relación sexual con un adulto" remarcó Senmache, quien desde el 2005 está a la cabeza de una de las organizaciones en América Latina que viene enfrentando el delito de la pornografía infantil.
"La globalización se ha dado en todos los espacios, y de ello el crimen organizado no es ajeno. Las mismas organizaciones que trafican con armas y drogas hoy se han dado cuenta que la venta de seres humanos es altamente rentable y no han desaprovechado el tiempo y se han diversificando. Hoy los mismos carteles de la droga son los que están detrás de la explotación de cientos de miles de mujeres, en su mayoría menores de edad. Y al igual que sucede con el negocio de los estupefacientes, estas redes tienen conexiones en todo el mundo, saben quienes serán los encargados de captar o raptar a nuevas jóvenes, quienes las trasladarán de lugar en lugar, quienes las recibirán cuando lleguen al país de destino, quienes se encargarán de alimentarlas, dónde se alojarán, quienes las negociarán u ofrecerán en mercados cerrados, quienes las vigilarán para que no escapen, quienes las desaparecerán cuando ya no sirvan en el negocio, quienes recolectarán lo ganado y lavarán el dinero para convertirlo en dinero legal, quienes pagarán para que estos temas no sean discutidos con firmeza y seriedad en las altas esferas de los Estados, etc. Aquí ya no hablamos de un proxeneta ni de un simple violador sexual. Estamos frente a la gran industria del sexo que utiliza seres humanos como objetos" sentenció el especialista de la RCPI - Perú.
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1 Comentarios:

  • A la/s 2:53 p. m., Anonymous Anónimo dijo...

    Es increible todo este tema no puedo creer con que facilidad se puede traficar con mujeres, es toda una mafia internacional y estan en todo el mundo aprovechandose de la gente con pocos recursos en general... Saludos

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