Red Peruana contra la Pornografía Infantil

Asociación Civil sin fines de lucro, que busca la erradicación de las redes de productores, distribuidores y consumidores de pornografía infantil en el Perú y Latinoamérica, principalmente de aquella que se ejecuta vía Internet. Asimismo, lucha contra la Trata de Personas, la Explotación Sexual Comercial Infantil y el Tráfico de niños, niñas y adolescentes, trabajando en coordinación con otras instituciones que persiguen similares fines.

jueves, junio 18, 2009

Pornografía infantil "sin desnudos", imágenes en el límite legal de lo sexualmente explícito

Internacional.- (Rolando Lino Mina - E-Consulta) “ATENCIÓN ANTES DE INGRESAR: si a usted le ofenden las fotografías de niñas que modelan, aún sin desnudarse, abandone de inmediato esta página…” Esta leyenda aparece en la entrada de la mayoría de los sitios en internet, que venden imágenes o videos, donde se muestran a niñas o niños semidesnudos, de entre 5 y 16 años.
Este es un sitio cien por ciento legal de imágenes sin desnudos, ni posiciones eróticas o sexuales”, explica más abajo la misma introducción al sitio y prosigue: “nuestras imágenes no están diseñadas para excitar sexualmente, y este sitio no ha sido creado para el uso de pedófilos”.
Nosotros sólo nos encargamos de presentar al mundo nuevas modelos jóvenes” y recurren entonces al argumento legal: “Estamos totalmente apegados a los normas vigentes en los Estados Unidos y no somos considerados pornografía infantil”.
Entre los años de 1998 y 2004 la INTERPOL realizó, en varios países del mundo, diversos operativos para frenar la creciente producción de pornografía infantil, y su consecuente venta a través de Internet.
En 1998 se efectuó una histórica operación, con la intervención de 12 países, mejor conocida como la Operación Catedral. En ella, fueron incautadas más de 750 mil imágenes en las que pudieron identificarse a más de mil 200 menores. Adicionalmente, fueron detenidas un centenar de personas por crear y alimentar el “Club Wonderland”, una de las primeras redes de pornografía infantil, que actuaba a través de páginas de Internet.
El último golpe importante contra sitios en Internet que distribuían pornografía infantil ocurrió en 2004, en Ucrania. Una empresa que funcionaba como respetable agencia de modelaje, para niñas que deseaban incursionar en dicho campo, encubría a una organización que reclutó a más de mil 500 menores. A todas ellas se les realizaron largas sesiones de desnudo, y muchas llegaron incluso a participar en actos sexuales filmados.
Como consecuencia de estas operaciones, el comercio de la pornografía infantil abandonó la creación de sitios de Internet, para concentrarse en las redes “peer to peer” (P2P), que permite la interconexión directa de equipos a través de programas como Ares, eMule, iMesh, LimeWire y muchos otros.
Sin embargo, aún existen sitios de internet que –de manera similar al caso ucraniano- se presentan como agencias de modelaje, y aluden que su fin es introducir a nuevos talentos, de entre 5 y 16 años de edad, interesadas en hacer una carrera como modelos profesionales. Las imágenes y videos que comercian este tipo de sitios se encuentran justo en el límite legal de lo sexualmente explícito.
La pornografía es un término ambiguo y difícil de delimitar en el campo legal. Las agencias de modelaje se amparan en estas circunstancias, para aludir un valor artístico y estético del material con que comercian. Se argumenta además que todas las menores cuentan con el permiso por escrito de sus padres, y que todas las sesiones se llevan a cabo en presencia de apoderados legales.
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Las imágenes no muestran desnudos, pero si pueden presentar a niñas de seis, ocho, diez u once años de edad, portando pequeños bikinis, fotografiadas de espaldas para resaltar el área de los glúteos. “Nuestras imágenes no están diseñadas para excitar sexualmente”, señalan estos sitios, pero ese es precisamente un concepto que se presta a las más diversas interpretaciones.
Por si fuera poco, se hace una advertencia adicional en determinadas áreas de dichas páginas: “es su responsabilidad si ingresa a uno de estos sitios, desde un país cuya legislatura considere o llegue a considerar que estas imágenes son catalogadas como pornografía infantil“.
Los servicios se pagan generalmente con tarjeta de crédito y los costos son aproximadamente de 90 dólares por tres meses, sin límite de descargas. La mayor parte de estas agencias utilizan a menores de Asia y Europa, y los sitios de internet se realizan y alojan desde Rusia, Ucrania o los Estados Unidos.
Las agencias y sitios norteamericanos, son las encargadas de reclutar a menores en países de América Latina, especialmente de México, Brasil y Colombia.
Una de las prácticas más acostumbradas por estos mismos sitios en los Estados Unidos, son las “galerías personalizadas”. Este servicio consiste en que el usuario paga de unos 200 dólares y envía una prenda de vestir, para que la modelo de su preferencia se la ponga, a fin de realizarle una galería privada de fotos, con la modelo portando dicha prenda. Unas semanas más tarde, el usuario recibirá la prenda de vuelta y un disco compacto con las imágenes de la sesión fotográfica completa.
La mayor parte de estos sitios establecen también formas de contacto, a través de las cuales las menores interesadas en modelar puedan acercarse a las agencias correspondientes, donde se les promete la asesoría que les permitirá hacer una carrera profesional en ese terreno.
Todos los sitios arriba mencionados no se promocionan en banners, ni tienen publicidad en los medios convencionales. Sus principales herramientas para ponerse en contacto con posibles clientes y futuras modelos, son los foros de internet y las páginas de preguntas, como las de Yahoo.
Estos foros, que están a la vista de cualquiera, ofrecen enlaces, recomendaciones y hasta proporciona las palabras clave para hallar el material buscado, como el uso del término PTSC, que significa “Pre-teen SoftCore”.
Este último término se refiere a los sitios con pornografía infantil que no llega al desnudo completo, y se emplea también para intercambiar este tipo de material –incluyendo el de las páginas citadas anteriormente- a través de las redes P2P.
En la era de globalización que vivimos actualmente, la producción de material que muestra semidesnudos a menores de edad, así como toda forma de explotación laboral y sexual de niñas y niños, deben atacarse bajo la perspectiva de un mundo que se encuentra interconectado, y que rebasa cualquier combate aislado en un ámbito local.
En cualquier ciudad del país, puede abrir hoy mismo sus puertas una “agencia de modelaje”, que prometa a las niñas una carrera artística y que con consentimiento de los padres, realice material fotográfico que se venda en una red mundial.
La carrera artística tal vez nunca llegue a fructificar, pero la explotación laboral y sexual, las ganancias, así como la supervivencia de estas redes, seguirá garantizada.
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