Red Peruana contra la Pornografía Infantil

Asociación Civil sin fines de lucro, que busca la erradicación de las redes de productores, distribuidores y consumidores de pornografía infantil en el Perú y Latinoamérica, principalmente de aquella que se ejecuta vía Internet. Asimismo, lucha contra la Trata de Personas, la Explotación Sexual Comercial Infantil y el Tráfico de niños, niñas y adolescentes, trabajando en coordinación con otras instituciones que persiguen similares fines.

viernes, setiembre 28, 2007

El poder detrás de la pornografía (segunda parte)

Nunca antes texto o estudio alguno había puesto al descubierto los “hilos” que mueven un delito tan lucrativo como es la pornografía infantil como lo ha hecho el libro “demonios del edén” de Lydia Cacho.
Y es que comúnmente, en el pasado, cuando se ha discutido sobre los delitos sexuales, en especial aquellos cometidos contra menores de edad, se les ha tratado de mostrar como delitos o crímenes inconexos, sin mayor relación que la que existe entre la víctima y su victimario. Sin embargo, lo que nos ha demostrado el libro de Lydia Cacho, es que estos delitos no sólo se gestan en organizaciones y redes criminales grandes, sino que, muchas veces, están cercanos al poder político y económico.
Y ¿cómo no estarlo, cuando delitos como la venta de seres humanos, la explotación sexual de menores y la pornografía infantil son altamente rentables para estas redes?
Un ejemplo claro lo tenemos en la pornografía infantil, la cual se calcula que genera a las redes criminales una ganancia que bordea los 12 mil millones de dólares cada año. Si a ello le sumamos las ganancias por tráfico, la explotación sexual comercial infantil y el turismo sexual infantil, las cifras podrían bordear los 300 mil millones de dólares; monto lo suficientemente grande como para comprar conciencias, cargos y voluntades.
Una de las características más saltantes de este nuevo tipo de esclavitud es que, a diferencia del narcotráfico, donde la mercancía (llámese: droga) puede venderse tan sólo una vez, el crimen de la trata de personas (donde la mercancía es el ser humano) permite a sus redes que “negocien”, tantas veces lo deseen, no sólo con los cuerpos de sus víctimas, sino por sobre todo con las imágenes de video que muestran el momento exacto de la comisión del delito.

Para tenerlo presente en el caso de Surcar Kuri

Aunque es difícil establecer cifras exactas, Unicef calcula que, en México, 16 mil niñas, niños y adolescentes son víctimas de la explotación sexual (prostitución, pornografía, turismo sexual y tráfico de menores con fines sexuales). Sin embargo, María Rubio de Hendricks, ex directora del DIF Quintana Roo, afirma que la red de prostitución infantil que encabeza Jean Succar Kuri es de 18 mil menores de edad, la segunda en importancia, ya que la primera la ocupa una red en Tijuana con 250 mil menores de edad.

¿Cómo se defiende el poder oculto en las redes de pedofilia?

Nadie en su sano juicio habría pensado que denunciar la existencia de estas redes criminales llevaría a la propia periodista Lydia Cacho a enfrentar diversos juicios y verse investigada y acusada de múltiples delitos; es decir, pasar de acusadora a acusada. Y es que el poder no perdona que interfieran en sus asuntos. Sin embargo, la investigadora viene hasta ahora venciendo todos estos obstáculos, que incluyen también amenazas contra su vida.

El Perú, ¿un país distinto?

Como hemos podido ver en los textos anteriores, las redes de pornografía infantil son muy similares a las del narcotráfico (en algunos casos son las mismas redes), están muy bien organizadas y cuentan con los recursos necesarios como para blindarse y hacerse “invisibles” ante muchas cortes y muchos agentes.
Y como suele suceder en estos casos, los mismos poderes que protegen a estas redes, son los que se dedican luego a atacar o destruir a quienes intentan denunciar estos graves delitos y muestran su real dimensión.
Nosotros como RCPI – Perú no podemos ser la excepción. En nuestro caso, las amenazas escritas (siempre “anónimas”), los ataques a nuestras redes informáticas, los cierres y bloqueos a nuestro portal (ya van más de dos), los intentos de ingresar a nuestras bases de datos, y por sobre todo ahora los continuos y extraños “rumores” (que en algunos casos provienen de sectores que deberían ser aliados nuestros) que tratan de acusar a nuestra institución por supuestamente “propalar” imágenes de pornografía infantil durante las entrevistas que diversos medios nos han realizado (entre los que destacan el de tráfico de menores y "los cazapedófilos", ambos producidos por América Televisión), no hacen sino demostrarnos que enfrentar conciente y cabalmente este crimen nos pone en la mira.
Posiblemente algunos de nuestros numerosos lectores creerán que este riesgo al cual nos enfrentamos los miembros de la RCPI – Perú es “compensado” con algún pago cada fin de mes. Ello en circunstancias normales podría ser verdad, y no tendría nada de malo si así fuere. Pero la realidad es que nuestra institución, que el próximo mes cumple formalmente 1 año de creada, no cuenta con ninguna subvención, apoyo, auspicio, retribución o financiamiento alguno. Ningún miembro de la RCPI – Perú recibe pago económico alguno por su trabajo al finalizar un mes. Las actividades que realizamos en colegios, universidades, institutos, no tienen costo alguno, y de ello pueden dar fe diversos centros de enseñanza escolar y superior de diversas partes del país.
Tampoco vamos a indicar en este texto que nuestra institución no se encuentre trabajando árduamente para conseguir financiamiento, el cual suponga adquirir mejores equipos informáticos, confeccionar materiales didácticos y editar estudios sobre el tema. Sin embargo, la falta de recursos no nos detiene. Por el contrario, nos alienta a seguir profundizando nuestra lucha contra el peor de los crímenes del ser humano: la trata de otros seres humanos para explotación, en especial contra aquella explotación que vulnera la fragilidad e inocencia de un niño o niña.
Por ello, no nos preocupan las amenazas ni los ataques. Lo que si nos preocuparía sería que más ciudadanos no abran sus ojos a esta cruda realidad. Recordemos que el tráfico de menores, la explotación sexual comercial infantil, la trata de personas, el turismo sexual infantil y la pornografía infantil no son delitos inconexos ni son lejanos a nosotros. Estos delitos están muy presentes en nuestro país y en el mundo entero, y si no hacemos nada para detenerlo, si por el contrario, nos detenemos ante las amenazas, la próxima victima podría ser nuestro propio hijo o hija.
Finalmente, para los miembros de la RCPI – Perú, esa sola idea nos impulsa a seguir caminando, aún con los riesgos que supone el hoy ser el que acusa y mañana terminar siendo acusados.

Sobre la autora del libro “demonios del Edén” : Lydia Cacho

Nacida en Méjico, en el año 1963, la autora se ha destacado por ser una periodista de investigación, muy ligada a movimiento sociales defensores de derechos humanos. En la actualidad dirige en Cancún un centro integral para mujeres víctimas de la violencia, CIAM, en el cual se viene atendiendo numerosas víctimas del caso Succar Kuri. Es autora de la novela "Las provincias del Alma" (Demac 2003). Entre sus múltiples cargos y labores se encuentran los de ser columnista política de La Voz del Caribe, directora editorial de la revista Esta boca es mía: apuntes de equidad y género y Conductora del programa de TV con el mismo nombre. Asimismo, es colaboradora de opinión en el noticiero Detrás de la Noticia con Ricardo Rocha y es especialista en temas de violencia y género para la Agencia de las Naciones Unidas para la Mujer (UNIFEM). Ha publicado más de dos centenares de artículos en diversos diarios y revistas del país. Es Consejera de la Universidad del Caribe. Cofundadora de la Red de Periodistas de México, Centroamérica y el Caribe y corresponsal de la agencia de noticias CIMAC.
.
Presidente de la RCPI - Perú
Bookmark and Share

0 Comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]

<< Página Principal